Rewind

domingo, 3 de mayo de 2009 en 20:45

Puse la máquina en play y la cinta comenzó a retroceder. Primero muy lento, luego agarró vuelo y aceleró. La cinta pasa a velocidad luz por los recuerdos hasta llegar a un punto de detención. Pongo play y la verdad empieza a escurrir como mermelada, esa que boto siempre en el mantel, esa que se sale por todos lados y no se queda en el pan. Hay cambios, sí que los hay. Hay emociones distintas, sí. Definitivamente. Pero hay un escozor que se mantiene, una vibra, ese “algo” que ha rondado según los años fueron pasando. Ese algo que me hace retroceder cada vez que puedo y me hace sentir como si tuviera 15. No soy una pendeja clásica, no me condoreo cada vez que puedo (bueno, a veces), ni me siguen gustando los Backstreet Boys secretamente. Más bien sigo saltando-cuando nadie me ve- en mi pieza con la música a todo volumen en ropa interior (la poca ropa no lo hacía antes, ahora pienso que podría tener un vecino sexy que me cuartea, pero eso, tampoco sería tan sexy), como manjar detrás del refrigerador a escondidas, no reconozco que fumo delante de mi mamá. Aún creo que Buffy es la mejor serie de todas, pese a que note claramente que es bastante mala y SMG es una pésima actriz que se mueve entre unas tres a cuatro poses durante los 7 años que duró la serie. Veo Friends sagradamente cada vez que puedo y sigo creyendo q la tevé abierta es una mierda. Me gusta escribir, pero lo hago mucho menos seguido que a los 15. Aprendí a ser más metafórica de lo normal sólo para que mi mamá no notara que tenía pensamientos apocalípticos y sucios. Mi mejor amiga es la misma y planeo que lo sea durante los próximos 15 años que vienen y más. Ya no creo tanto en la magia del cine y cada vez veo menos películas, lo audiovisual se está alejando de mi vida después de tantos años.

Claramente he vuelto a algunos hábitos de aquel entonces. Dejo la cinta en pause, las frutillas y las peras parecen haberse vuelto a combinar.

Bienvenidos.